viernes, 30 de noviembre de 2007

Entrevista: “EL muralismo político ha estado estrechamente ligado a los movimientos revolucionarios, de manera directa o indirecta”

Rodrigo Rojas, miembro activo de la Unidad Muralista Luchador Ernesto Miranda, nos habla del desarrollo del muralismo político en Chile, de los fundamentos del muralismo revolucionario, y, algunos datos de la organización de las brigadas muralistas.

1.- ¿Consideras que la importancia de las brigadas y el muralismo político ha aumentado o decaído desde que el momento en que se inició hasta la actualidad?

“En los noventas, se cambia del muralismo [desde los sectores de izquierda revolucionaria, por los menos] a la técnica del Spray, pasando del mural multicolor y multiforme al rayado en las murallas, con consignas políticas o un simple "chúpalo" o "pico pal" (...) La importancia del muralismo, básicamente, ha sido de marcar una impronta político-cultural a la doctrina o corriente a la cual pertenecen , lamentablemente, estos referentes del muralismo político, tratan de difundir las líneas del PC y de la IC, que abogan por una conciliación de clases, antes que un enfrentamiento entre ellas. Es lamentable que la hegemonía histórica del muralismo en Chile, haya pertenecido principalmente a dos grupos (...) en la actualidad podemos encontrar muralistas que también están impulsando este trabajo político-cultural, como los compañeros del MAR [Muralista Acción Rebelde] y también de los MVAR [Muralista Vengador Antonio Román], que poseen una estética diferente y que también desarrollan un trabajo cultural, más allá de pintar, como trabajar en talleres o preuniversitarios populares. Básicamente a habido un aumento tanto a nivel nacional como metropolitano, que es significativo pero no mórbido ni explosivo, que responde también al desarrollo de la lucha de clases en Chile, a la recomposición del campo popular.”

2.- ¿A qué se deben los cambios, para bien o para mal, que ha sufrido el muralismo político durante su desarrollo en Chile?

“El desarrollo del muralismo político en Chile, tan sólo corresponde a su reinvención(...),el no ser tan estático, tanto con sus elementos como con las temáticas, el integrar más sujetos y elementos que vayan con la cotidianeidad de la lucha, como por ejemplo la integración de los neumáticos o de la capucha, pero creo que los murales y los muralistas se han ido enfocando en otras áreas del trabajo político, se han ido desprofesionalizando de la actividad, han visto que el muralismo sin un trabajo político de fondo o que te respalde, pasa a ser una actividad artística estéril y alejada de la lucha.”

3.- ¿Crees que en la actualidad el arte muralista juega un rol importante en los procesos políticos?

“Sinceramente, creo que el muralismo hoy no es muy importante. El muralismo hoy, tan solo hay que verlo como una actividad de apoyo a los movimiento populares, pues no es un factor predominante en su desarrollo, pues el desarrollo de las luchas no va aumentar si pintamos mejor o en mayor cantidad, sino que el muralismo es un complemento. Pues marca un proceso o una parte de sus desarrollo, pero lo motiva.”

4.- ¿A qué se debe, según tú, que el muralismo político se relacione estrechamente a ideologías de corte revolucionario?

“El muralismo político ha estado estrechamente ligado a los movimientos revolucionarios, de manera directa o indirecta, tanto al reconocerse con una línea determinada de un partido o una organización, o al poseer dentro de sus filas, a algunos militantes de otras organizaciones(...). Desde mi punto de vista, creo que los muralistas representan una corriente ideológica específica dentro la gran gamma de expresiones ideológicas revolucionarias del proletariado [Leninismo, Marxismo, Maoísmo, Anarquismo, Etnopopulismo, etc], y al dotar el muralismo político con esta característica, se podría decir que el muralismo político trae, intrínsecamente, la ideología en si mismo, pues sería iluso plantear un muralismo sin ideología o apolítico, pues uno no puede escapar de ambas ideas, pues son partes constituyentes de la totalidad que encierra al mundo. De igual manera, creo que al referirnos de muralismo político lo hacemos pare hacer referencia al muralismo impulsado por la Izquierda [que se divide en dos caminos de construcción: El electoral y el Poder Popular].”

5.- ¿Ha influido en el muralismo la aparición del graffiti, y los murales de la cultura hip-hop?

“Creo que, en este sentido, el HipHop, sus cuatro armas y el graffiti, son parte misma del desarrollo de una cultura que desde sus comienzos nace como una cultura combativa y política de los barrios más pobres de USA. Que luego fue deformándose y tergiversándose hasta hacer del graffiti un "Arte", que ahora se exhibe en museos o en galerías para su venta. Creo que el graffiti también nace como una necesidad de comunicación y expresión de un específica visión del mundo. Entonces podríamos clasificar el Graffiti como muralismo político.”

6.- ¿A qué se debe, según tú opinión, la corta vida que han tenido las diferentes brigadas muralistas en nuestro país?

“Creo, en un cierto sentido, que las esporádicas unidades muralistas se han divido por dos razones, fundamentalmente; una, es por diferencias políticas y la otra, es por una carencia de proyección. Creo que la primera se responde y explaya sola. La segunda es, lamentablemente, la más recurrente, pues son pocas las unidades muralistas que proyectan sus objetivos hacia pintar y tan sólo pintar. Pienso que al tratar de crear una matriz política referencial para el movimiento popular, uno no puede caer en el simple pintar, y transformar de esto tu única actividad, pues tan sólo te conviertes en un observador y te separas del movimiento, pienso que la segunda alternativa de la desaparición de las unidades muralistas, es su excesiva apelación al muralismo como ente organizador, articulador e impulsador de las luchas populares. Creo que, sin un trabajo de fondo, el muralismo pasa a ser una actividad estéril, que no posee bases sólidas para su sustento y proyección del trabajo. Donde sea: la población, el trabajo [lugares de trabajo asalariados productivos o no-productivos] y, por supuesto, el colegio o la Universidad.”

7.- ¿Cuál es el método que utilizan para generar recursos?

“Básicamente, a través del pago de una cuota mensual solidaria, y también en base a la recuperación de elementos en las grandes tiendas del País [HomeCenter, Homedepot, etc...]. La segunda es la mas habitual, pues somos una organización muy chica y humilde.”

8.- Nos encontramos en democracia, sin embargo, muchas veces existe persecución política hacia los grupos de izquierda, ¿Tu brigada muralista ha sufrido persecución o represión de tipo político?

“Al ser una unidad muralista, no tenemos en este periodo una persecución grande, aunque ninguno de nuestros miembros haya sido perseguido, siempre existen lazos.”

9.- ¿Crees que el problema mencionado afecta al desarrollo del muralismo en la actualidad?

“Creo que afecta en menor escala. Cuando pintamos en los colegios, universidades, sindicatos o fábricas, jamás hay problemas. Pero en las poblaciones, algunas veces, los pacos comienzan a exigir permisos municipales, o de los dueños de la casa donde pintas el muro, o, cuando hacemos bombardeos a las murallas o murales Express [dibujo de tan sólo el contorno del mural], siempre hay que estar atento, porque caer preso por un rayado o un mural Express, es muy penca”.

La Nueva Cara del Muralismo Chileno

El fin de la dictadura y el regreso de la democracia trajo consigo cambios en el ambiente artístico de Chile. Se esperaba una mayor libertad en las calles y con ello el regreso del arte muralista, sin embargo, las cosas no fueron así.

Ya en 1989 se había creado la Brigada Chacón, que innovo la técnica del muralismo usando papelógrafos pegados en las calles. Con el surgimiento de esta brigada se esperaba un renacer de las brigadas muralistas, hecho que nunca ocurrió debido, entre otros motivos, a la poca importancia del muralismo hoy en día. En palabras de Rodrigo Rojas (brigadista de la Unidad Muralista Luchador Ernesto Miranda): “...el muralismo hoy no es muy importante. El muralismo hoy, tan solo hay que verlo como una actividad de apoyo a los movimiento populares...”[1]

La Brigada Chacón había nacido –al igual que la Brigada Ramona Parra- del Partido Comunista. Sin embargo, luego de que éste se separara de la Concertación, hubo también un quiebre en el interior de la Brigada, ya cual quedó dividida en dos. Una sección se mantenía fiel a sus orígenes, al Partido Comunista. La otra facción, en cambio comenzó a apoyar a las candidaturas de la Concertación. Actualmente se pueden encontrar en los muros de Santiago (y algunas regiones) dos tipos de papelógrafos de la Brigada Chacón: uno con frases originales y denunciantes, y firmados con una estrella roja (Partido Comunista); y el otro, que muestra pensamientos descontextualizados que sirven para hacer pensar a quienes los vean, y está firmado por una estrella azul en degradé (Concertación).

Sin embargo, hoy no todo es en papel kraft, Ricardo Rojas nos explica otro de los cambios que ha tenido la practica del muralismo, y que aún sigue más vigente que nunca: “En los noventas, se cambia del muralismo [desde los sectores de izquierda revolucionaria, por los menos] a la técnica del Spray, pasando del mural multicolor y multiforme al rayado en las murallas, con consignas políticas o un simple ‘chúpalo’ o ‘pico pal.`...” El uso del Spray genera aún más anonimato que la técnica usada por la Brigada Chacón, sin embargo, estos mensajes generalmente son escritos a la rápida y no presenten mayor elaboración, sólo buscan ser publicados.



Murales

Siguiendo con la antigua tradición de pintar murales temáticos, existen actualmente brigadas muralistas que no quieren dejar –por diversos motivos- que este arte muera. La más antigua e importante sin duda es la Brigada Ramona Parra. Luego de la dictadura, esta brigada logró rearmarse para volver a ser lo era antes. Sus murales siguen teniendo la misma temática y atractivo que siempre, sin embargo, ya no son tan numerosos como antes y sólo se pueden ver murales en lugares significativos.

Una de las nuevas brigadas muralistas políticas es la Unidad Muralista Luchador Ernesto Miranda. Esta brigada, de tendencia anarquista, surge originariamente en Concepción, y actualmente tiene brigadas en Santiago y Valparaíso. El trabajo de la UMLEM se caracteriza por la combinación de los colores rojo y negro (simbólicos del anarquismo) y por la inclusión de símbolos patrios en casa uno de sus murales, para generar una mayor cercanía con la ciudadanía, debido a la discriminación existente contra los grupos anarquistas. La técnica de estos muralistas y las imágenes que incluyen denotan una clara influencia a los murales de la Brigada Ramona Parra, aunque sofisticados de cierta forma por la influencia que ha tenido el arte hip hop. Otras brigadas trabajan con murales políticos actualmente son la Muralista Acción Rebelde (MAR) y Muralista Vengador Antonio Román (MVAR).

Además del muralismo político, en la actualidad son muy fuertes los murales que tienen relación con el arte hip hop. Este tipo de mural es muy elaborado técnicamente, con una gran combinación de símbolos y colores. Su complejidad artística se ve reflejada en lo difícil que es comprender el mensaje que está inserto en estos murales (siempre tienen uno). Debido a su gran elaboración, quienes pintan este tipo de murales deben contar con la venia de quien sea dueño del muro, ya que el realizar este tipo de mural en la clandestinidad es prácticamente imposible.

Otro tipo de muralismo que no tiene relación con la política es el que practican las denominadas “Barras Bravas” de los equipos de fútbol. En este caso, los murales son usados para determinar sectores, es decir, para identificar barrios como pertenecientes a tal o cual equipo. En este tipo de murales la técnica es diversa, y pueden consistir en imágenes, textos o una fusión de ambos. Los colores usados dependen de los colores del equipo, sin embargo, en ciertas representaciones no descartan ampliar la gama de colores usados.

La mención de los dos últimos tipos de muralismo se debe a que muchas veces el muralismo político ve cortados sus espacios debido a la gran proliferación que han tenido los murales hip hop y de las barras. Debido al poco interés de los jóvenes por la política actual, muchos de ellos prefieren rayar algo por lo que se sientan interesados, quitándole de esta forma espacios a los murales políticos. Sin embargo, cabe señalar que las murallas –para quienes pintan- no tienen dueño, y por lo tanto, no están destinadas a sólo un tipo de muralismo.


[1] Entrevista dada a los autores

Brigadismo Muralista en la Dictadura

Es sabido que el régimen militar persiguió a todo tipo de agrupaciones de izquierda. Las brigadas muralistas no están ajenas a esta realidad, desarticuladas y acribilladas, muchas terminaron por desaparecer. Sin embargo, varias son las brigadas que superaron esta dura etapa. Algunas, todavía persisten en su trabajo.


En los años de la Unidad Popular, el Brigadismo Muralista se encontraba en auge. Sin embargo, luego del golpe de estado en 1973, como es de suponerse, las brigadas muralistas comenzaron a desaparecer, fueron perseguidas y acribilladas por el régimen militar. Los murales, por orden de la cúpula dictatorial, fueron borrados una y otra vez, con el fin de hacer desaparecer cualquier vestigio de las corrientes ideológicas de izquierda que dominaron el país en aquellos años.


Además de los murales políticos hechos por las brigadas, el régimen destruyó todo tipo de pinturas murales hechas durante la Unidad Popular, incluso las artísticas, como es el caso de un mural hecho por Roberto Matta en la comuna de La Granja, el que se llamó “El primer gol de Chile”.


Con la desarticulación de las brigadas, el muralismo político decayó en su proceso de desarrollo, llegando prácticamente a desaparecer dentro de nuestro país. Sin embargo, muchos de los brigadistas partieron fuera del país, debido al exilio, y en esas condiciones, muchos de ellos continuaron la expansión de su arte fuera del país. “Hay calles en toda la tierra”, como diría Roberto Matta.


Los años ’70 continuaron con la tónica mencionada. Sin embargo, ya en los ’80, el muralismo político empezó a reaparecer de forma progresiva, muy tímidamente al comienzo, pero conforme pasaba el tiempo, las poblaciones más “combativas” de aquellos años terminaron repletas de murales de contenido subversivo, que incluso, de forma camuflada, enseñaban a los pobladores a fabricar armas, con el fin de atrincherarse a luchar contra la dictadura. Villa Francia, Población Santiago, La victoria, entre muchos otros barrios emblemáticos de la lucha callejera, terminaron transformándose en el lienzo santiaguino para cientos de pintores brigadistas que querían retratar el crudo momento que vivía el país.


A mediados de la década del ’80, al interior del Partido comunista, nace una nueva forma de muralismo, más rápido y llamativo, que nacerá con el fin de generar técnicas prácticas para difundir el mensaje en contra del régimen totalitario de Augusto Pinochet. Como una forma de trabajar de manera rápida, se crea la técnica del “Papelógrafo”, método ideal para plasmar mensajes en las paredes en tan sólo unos minutos. Esta técnica consiste en confeccionar grandes papeles de color café, tipo papel Kraft, con un mensaje pintado a mano. Luego, esta larga tira de papel se pega en una pared donde la afluencia de gente sea masiva. El método del papelógrafo tan sólo requiere de un par de personas y unos pocos minutos para ser plasmado en una muralla, a diferencia de los murales, que requieren de mucho más trabajo, y de movilizar gran cantidad de personas y materiales con el fin de pintar las paredes, lo que se hacía difícil y peligroso en los años de dictadura.


Ya en el año 1989, nace, al interior del partido comunista, la “Brigada Chacón”, que hará del papelógrafo su forma oficial de trabajo, transformándose en poco tiempo en la agrupación más importante en utilización de papelógrafo.


En el mismo año, en el marco de la continuación del trabajo anti dictatorial de parte de los brigadistas, surge la denominada “Coordinadora Metropolitana de Talleres y Brigadas Muralistas”, cuyo fin era la recuperación y organización de los espacios públicos para poder expandir la pintura mural, y de esa forma, rearticular el movimiento muralista Chileno, que prácticamente desapareció en la década del ’70, y primeros años de los ’80.

No obstante, la coordinadora nunca consiguió actuar de forma libre, debido a que se generaron diversos problemas en materia de financiamiento, además de que las autoridades jamás otorgaron todos los permisos necesarios. Pocos años después, ya con la llegada de la democracia, esta agrupación se desarticula, terminando con gran cantidad de nuevas y pequeñas brigadas que habían comenzado a formarse.[1]


Fuentes:

- “Palabras escritas en un Muro. El caso de la Brigada Chacón”, Alejandra Sandoval Espinoza, Ediciones Sur, Santiago de Chile, 2001.

- Periódico “El Ciudadano”, Periódico Mensual, año III, Número 49, 2007.

Las primeras Brigadas Muralistas en Chile

Durante los años 60 surgió en Chile una nueva forma de propaganda política, la cual años más tarde serviría para acercar, de cierta forma, el arte a quienes no tenían acceso a ella. La Brigada Ramona Parra y la Elmo Catalán fueron las pioneras en este estilo.

Los primeros antecedentes de muralismo político en Chile nos remontan a las elecciones presidenciales de 1964. El año anterior, los seguidores de Eduardo Frei Montalva realizaron una campaña nacional para que en muros de todo el país estuviera pintada la estrella (símbolo que caracterizaba su candidatura al gobierno). Ante esto, los adeptos de otro candidato, Salvador Allende, organizaron algo similar, pero de menor envergadura. En este caso, se pintó en los muros de la provincia de Valparaíso la equis de Allende.



Las Juventudes se toman los muros

Aunque los primeros muros se pintaron en 1963, recién en 1968 nació la primera brigada muralista, la Brigada Ramona Parra. Del seno de las Juventudes Comunistas, esta brigada tenía como misión, además de hacer publicidad política, “generar un contradiscurso que se oponga al discurso dominante”[1].

La Ramona Parra estaba formada por jóvenes militantes, la gran mayoría estudiantes, y contaban con un camión -al que llamaban Tetera- y overoles. El hecho de tener que trabajar sólo en las noches les hizo alcanzar una rapidez, organización y técnica realmente alta: en dos minutos y medio podían pintar un muro de 30 metros, ha dicho Luis Alberto Corvalán. Cada pequeña brigada estaba integrada por no más de 25 brigadistas, divididos en trazadores, fondeadores, rellenadores y fileteadores.

Ante la creación y proliferación de la presencia de la Ramona Parra en los muros de Chile, el Partido Socialista ordenó a las Juventudes Socialistas la creación de su propia brigada, y en 1969 se creó la Brigada Central. Luego pasó a llamarse Pedro Lenin Valenzuela para finalmente ser nombrada como Brigada Elmo Catalán (BEC). Además de la Brigada Elmo Catalán, el Partido Socialista creó también la Brigada Inti Peredo.

Contrario a lo que se pueda pensar, no sólo los partidos de izquierda tuvieron sus brigadas. La Democracia Cristiana contaba con los servicios de su Brigada Hernán Mery, e incluso el Frente Nacionalista Patria y Libertad poseía una brigada, la Brigada Roberto Matus. Cabe destacar que estas últimas brigadas no tuvieron tanta importancia, en el ámbito político y artístico, como la Ramona Parra y la Elmo Catalán, y es por eso que no hay mayores datos acerca de ellas.



De la propaganda política al arte político

Durante la campaña presidencial de 1970, las brigadas Ramona Parra y Elmo Catalán trabajaron codo a codo por la Unidad Popular y su candidato, Salvador Allende. Sin embargo, hasta ese momento la práctica del muralismo consistía en breves consignas en que se combinaban dos o tres colores (negro sobre amarillo de la Ramona Parra y rojo sobre blanco de la Elmo Catalán).

La llegada al poder de Salvador Allende coincidió –y permitió a la vez- una evolución en el muralismo chileno. A partir de eso momento las brigadas pudieron hacer sus trabajos con mayor libertad, lo que permitió la inclusión de más colores e imágenes. La Brigada Ramona Parra comenzó a realizar murales de gran calidad artística, a pesar de que, según dice Danilo Bahamones, “Lo importante era que los colores fueran bonitos, y que las imágenes tuvieran fuerza y luz. No había ninguna pretensión artística. Sólo era una expresión de alegría.”[2]

La Brigada Elmo Catalán, al notar los cambios de la Ramona Parra, no quiso ser menos e intentó emular a la brigada comunista. Notoria fue la influencia del muralismo mexicano en los pintados de la BEC, lo que generó murales de mayor complejidad artística, lo que poco a poco fue reemplazando al sentido propagandístico originario.



Más muros para las brigadas

Durante el gobierno de la Unidad Popular, los murales comenzaron a tratar también temas internacionales como la independencia de Angola, autonomía para el pueblo vasco o la libertad para Nelson Mandela. Muchos de estos murales fueron realizados con la ayuda de delegaciones internacionales activistas, que seguían los mismos ideales. Gracias a esta ayuda “internacional”, muchas veces los mensajes también eran colocados en otros idiomas, para que tuvieran una mayor difusión.

El gran impacto que estaba teniendo el desarrollo de este arte motivó también a destacados pintores nacionales, quienes al tener afinidad con el gobierno, quisieron plasmar su apoyo pintando murales en conjunto con las brigadas. De esta forma, pintores como Roberto Matta, José Balmes y Gracia Barrios trabajaron con las brigadas para acercar su arte al pueblo. De los ya mencionados pintores, quien más se destaca por su participación es Roberto Matta. El ya consagrado pintor colaboró pintando junto a la Ramona Parra un mural en La Granja, el cual fue llamado “El primer gol del pueblo chileno”

Años más tarde, cuando el clima social de Chile comenzaba a complicarse, el trabajo de las brigadas se hizo mucho más difícil, por lo que las brigadas dejaron de realizar murales estéticamente bellos para volver a las consignas políticas. Finalmente, con el golpe militar de 1973, las brigadas, por la seguridad de sus integrantes, debieron disolverse, y todos los murales realizados fueron rápidamente borrados por los militares, eliminando también cualquier vestigio del gran grupo de brigadistas que acerco de cierta forma el arte a quienes no tenían acceso a ella.


[1] Pinto Vallejos, Julio y Moulian, Tomás: “Cuando Hicimos Historia: La Experiencia de la Unidad Popular”, p. 167

[2] Sandoval Espinosa, Alejandra: “Palabras escritas en un muro. El caso de la Brigada Chacón”, p. 33

Imagen: Fotografía de un mural pintado por la Brigada Ramona Parra, ubicado frente al Estadio Victor Jara, Psje. Arturo Godoy s/n.


Origen del arte muralista

“Muralismo”, suena tan trascendental como el cubismo o el surrealismo. Es una tendencia añosa, que comenzaría con murales de la revolución mexicana, para otros, pinturas rupestres prehistóricas podrían considerarse arte muralista. Graffitis, Stencil, Papelógrafos, todas cumplen el objetivo de colorear la vida y conquistar, anónimamente, el espíritu rebelde del rebaño citadino.

Muralismo: “Arte y técnica de la pintura mural”[1]. Así nos define la Real Academia española el concepto de muralismo, información considerable a la hora de precisar qué es esta disciplina. Algunos autores consideran que el inicio de este arte corresponde a las pinturas murales que realizaban los hombres de la prehistoria y la antigüedad, conocido como “arte rupestre”. Según este concepto, el muralismo correspondería a cualquier tipo de expresión artística plasmada en las paredes, por lo que no sólo lo que se conoce como “mural” (pintura más desarrollada que otros tipos de expresión muralista), correspondería a muralismo, sino que también el graffiti, los rayados en las calles, el graffiti hip-hop, el papelógrafo, el stencil, entre otros.

El origen de esta técnica artística, ya reconocida como una corriente dentro del mundo de la pintura, se suele relacionar con el muralismo mexicano, que se utilizaba como forma de propaganda política, como un medio de agitación y exaltación del descontento social, en el marco de la revolución mexicana, en 1910.

Años más tarde, en el mes de Mayo de 1968, se vive lo que será conocido como “El mayo de parís”, que corresponde a una rebelión de estudiantes y trabajadores, en contra del orden social Francés, contra el gobierno de turno, y todo lo que se relacionara, en aquel momento, con la autoridad estatal. Anarquistas, Marxistas y diferentes jóvenes de ideas revolucionarias, se tomaron los muros de la ciudad para expandir el mensaje de rebeldía. La escuela de Bellas Artes de París se transformó en una verdadera fábrica de carteles de corte revolucionario, en donde se toma, por primera vez, el papelógrafo como forma popular de expresión mediática. El mítico cartel con la frase “Prohibido prohibir”, marcó el espíritu de la revuelta juvenil en aquel momento.

Ya en la década del ’70, surgió lo que se conoce como “Graffiti Hip-Hop”, relacionado con la técnica mural utilizada por los raperos de los barrios negros en EEUU, quienes pintaban rayados altamente codificados, de difícil traducción, y casi siempre con pintura en Spray. Con el tiempo esta técnica de pintura fue evolucionando, llegando a ser lo que hoy es, pudiéndose encontrar en las calles dibujos de alta calidad artística, y pintados de forma peculiar. Esta corriente artística ha tomado mucha fuerza en los últimos años, America Latina es no está ajena a esta realidad, y Chile tampoco, ya que en la actualidad esta práctica se hace muy recurrente entre los jóvenes.

Más adelante, en la misma época, específicamente en Chile, nace lo que se conoce como “Brigadismo Muralista”, tendencia que se relaciona con brigadas de jóvenes y trabajadores ligadas a coaliciones políticas, y que se encargan de pintar murales con contenido político. Generalmente las brigadas están ligadas a coaliciones de izquierda, pero han existido excepciones a lo largo de la historia.

Se podría decir que en la actualidad el muralismo político se encuentra en un momento de baja popularidad. El Graffiti Hip-Hop es la expresión muralista más popular entre los jóvenes de hoy. Tal vez, esto se deba a que es simplemente una expresión artística, no se relaciona con ideas políticas, que según el pensamiento general, la política ya no atrae tanto a la juventud, como fuera en las décadas del ’60 y ’70, en el marco de una sociedad altamente polarizada políticamente hablando.

Las paredes de hoy en día se dividen entre todas las corrientes de muralismo, existen papelógrafos, murales políticos, graffitis, entre otros. “Se encuentran combinadas distintas estéticas y lenguajes, que van desde el muralismo social mexicano a las vanguardias europeas, las ideas revolucionarias, la revolución del mayo francés y las culturas afroamericanas de Estados Unidos”.[2]



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[1] Diccionario Rae, vigésima segunda edición, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=muralismo

[2] “Palabras escritas en un Muro. El caso de la Brigada Chacón”, Alejandra Sandoval Espinoza, Ediciones Sur, Santiago de Chile, 2001, página 23, primer párrafo.

Imagen: Intervención Muralista del Pintor David Alfaro Siqueiros (1898-1974), durante la Guerra Civil de la Revolución Mexicana, http://www.revistaarte.com/numero83/imgs/siqueiros%20interior.jpg